La Casa Encantada de Lunahuana 

Se encuentra situado al borde de la carretera que va del anexo Uchupalla a Catapalla a 15 min. del distrito de Lunahuana.

Esta casa que de acuerdo a la tradición popular y testimonios que dan cuenta de fenomenos paranormales.

La tradición cuenta que como consecuencia de la guerra con Chile (1881), un hacendado, cuyo nombre se perdió por el tiempo y que según dicen era italiano  había ya para entonces construido esta casa, habitándola con su familia. Una noche los soldados chilenos atacaron el pueblo y lo destruyeron todo asesinando al hacendado y a todos los miembros de su familia.

Años después esta casa fue habitada por una nieta que jamas se pensó que en el recinto habitaban los espíritus de las personas allí asesinadas. Poco después empezó a escuchar ruidos, quejidos, voces y lamentos, y toda clase de manifestaciones paranormales con visión de fantasmas.

Esto motivo a que abandonaran la casa que no ha sido habitada desde entonces, sin embargo hace algunos años atrás pensaron convertir esta casa en un hotel en lo cual empezaron hacer las obras correspondientes pero al poco tiempo estas fueron abandonadas inexplicablemente.

Mucho tiempo después la historia de la casa recobro notoriedad cuando un grupo de jóvenes que suelen realizar actividades recreativas y de aventura provenientes de Lima fueron protagonistas de la experiencia mas escalofriante y recordada de aquel entonces, la misma que cuenta que: aquel grupo que llegaron al lugar por la noche, visualizaron luces, escucharon música  voces y se animaron a entrar en esta casa donde al parecer se realizaba una fiesta allí brindaron, tomaron y en lo mejor de la velada el lugar se torno oscuro, vació  ya no había gente alguna al rededor. Aterrados lo jóvenes salieron despavoridos corriendo del lugar, hacia la carretera que pasa al frente de la casa e intempestivamente fueron atropellados por un vehículo que transitaba en ese lugar. 

Como esta son muchas las historias que se cuentan, muchas de estas creíbles y algunas carentes de sentido, pero que los lugareños se han encargado de difundir alimentando la tradición.